martes, 11 de diciembre de 2012

Little girl playing

I want you to be water so I could dive into you.
I want you to be fire so even when we're not touching I could feel your warmth.
I want you to be air so I could feel free when you're around.
I want you to be earth so I felt everything is where it has to be.
I want you to be darkness so the sense of touch and smell leaded me.
I want you to be light so colors got brighter.
I want you to be music so listening to you took me to paradise.
I want you to be silence so I could dream out loud.
I want you to be grass so my hands could run all over you forever.
I want you to be snow so you melted every time you touched my skin.
I want you to be chocolate so I could never get enough of you.
I want you to be space so I could discover everyday something new.


I want you to be you.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Norway


When you have so little to complain about, what are you supposed to do? It's been ages since I feel like this, since I could actually smile almost every time I'm around someone. I know, I know, it's all because it's the very beginning and all that stuff, but it doesn't feel like that. It's like we've waiting for too long, giving for too long, that this it's not the beginning, it's just one more step.

Probably, if I were reading this a month ago, I'd be all "Fuck this shit!" and now it's all butterflies and "Let's see the world!". I'm not saying it's neither good nor bad, but let's be honest; we've always wanted what we don't have. Even when you're with someone, you could think that your freedom is no longer there, or that kind of things which don't do anything but mess it all up.


Right now and right here, I have nothing to complain. So sorry for causing you extremely boredom, but you know, I'm happy. Let's face it.


lunes, 29 de octubre de 2012

I hope you see me there

Empiezas, inocente de ti, buscando una pequeña pelea. Bajas el tono de voz. Intentas ser todo lo dulce que puedas parecer sin llamar demasiado la atención. Los ojos bien abiertos. Te escondes, mostrando debilidad. Escuchas las quejas que se apagan poco a poco y el corazón intentando hablar. Te apretas más fuerte. No hay resistencia. Sigues. Una mano te aparta el pelo de la cara una y otra vez, porque no te vas a soltar. Te apretas más fuerte. Cara de inocente. Una mano juega a esconder tus labios. Te apretas más fuerte. En ese punto ya sabes que el juego desapareció. Escuchas los últimos lamentos. Te apretas más fuerte. Nariz con nariz y juegos para que se encuentren de una vez, pero no. Todo se alarga. De pronto, ese centímetro que era tan lejos y tan cerca, desaparece. Dulce suavidad y una nueva historia.

Saltar. Reír. Correr. Esconderse. Abrazar.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Locked out of heaven

Si no estoy bien, no voy a decir estarlo.
Si no estoy mal, tampoco.
Si la única palabra que llega es aquí, tómala.
Si te digo que no, déjame ir.
Si no estás conforme, probablemente yo tampoco.
Si desearías que las cosas no fueran así, yo también.
Si preguntas escondiéndote, no pretendas que me muestre.
Si hablo, contéstame.
Si corro a tu lado, no huyas.
Si tengo miedo, ayúdame a olvidarlo.
Si juego demasiado, fréname.
Si sonríes, sigue sonriendo.
Si lloras, deja que intente ponerle fin.


Tal vez sí necesite algo más, pero no tengo mi objetivo fijado. Ya dejé pasar las oportunidades. Tampoco hay que ser tremendista y dar todo por perdido. Hay tiempo, pero siempre se quiere todo ya.

Hay que ver lo especialitos que nos volvemos, que somos. Lo fácil que sería decir "Ummm... Tú" y todo solucionado, pero no. Corre, salta, hasta asfixiarte y ya, si eso, intenta hacer algo, porque las probabilidades de que salga bien dependen de demasiadas variables, que además no tienen base alguna, y que simplemente pueden ser un o un no. Aún así está divertida la carrera. Hasta se echa de menos. El secreto es no pensar ni demasiado, ni demasiado poco y evitar las montañas rusas emocionales, obviamente. Con lo entretenidos que se vuelven esos días en los que quieres mandarlo todo bien lejos pero que te pones la música alta y saltas por tu cuarto, desafinando para ver si algún gato se te une. Está claro que mientras los sufres todo es un asco, pero no puedo evitar pensar lo tontos que nos volvemos, lo lentos que somos para ciertas cosas que son simples y las pocas veces que nos damos cuenta.

¿Cuál es el límite en la autotortura? ¿Hasta dónde somos capaces de ponernos en evidencia? ¿Qué es mejor, que nos lo digan a la cara o descubrirlo por nosotros mismos? Sería realmente extraño, estar ahí, quieta, y que alguien me viniese y me dijera que lo que estoy haciendo sólo empeora las cosas. Supongo que para mí sería peor darme cuenta después, porque al menos de la otra forma sabes que se han dado cuenta y que se preocupan por ti (al menos en decirtelo).

¡Aaaaah! Necesito cambiar de aires, un poco de desconocidos con los que preocuparme por mi comportamiento y demás. Con toda la gente que he conocido y todavía tengo ganas de pasar por "el mal trago".

domingo, 14 de octubre de 2012

Crashing cars in her brain

Nunca estar bien se me da de vicio. Incluso esos días que piensas que son redondos, pues no. Sigo con mis sonrisas permanentes pero la mente en cuantas cosas he hecho mal. Miles de escenarios posibles si sólo hubiera hecho una cosa distinta, a eso hay que añadirle todas esas "cosas distintas" que podría haber hecho. BOOM! Fragmentos de lo que fue, es y podría ser, flotando en mi mente . Y oye, que para algunas cosas no está mal, tal vez para dos, pero no merece la pena.

El gusto que daría poder tirarme a la cama y que todo se desconectase unos momentos, pero siempre hay algo, como una pequeña ratita que corre en la rueda, una y otra vez.


Su piel palideció, sus ojos se tornaron niebla y su corazón piedra.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Dare to love you, dare to love me

Ese día en el que parece que las piezas no encajan, que falta algo y no sabes qué. Ves el tiempo pasar. Como unos sí y otros no. Recordar y olvidar a la vez. Decirte que ya pasó, aún sabiendo que no es así. Miras hacia delante, ves las posibilidades y sientes que ninguna te llenará.

El nudo en el pecho se hace cada vez mayor. Utilizas la música como mecanismo de contención. No se puede dejar que el silencio de rienda suelta a tu cabeza.

Respiras lentamente. No quieres que el ritmo se vuelva a acelerar. No quieres volver a retorcerte y no entender nada.

Estás a oscuras, envuelta en plumas y algodón, pasando canciones hasta encontrar la indicada. Sigues mirando el techo. La luz de la luna te descubre todos los rincones de la habitación. Algún pensamiento se escapa.

La muralla no es 100% efectiva, ¿qué haces?

lunes, 17 de septiembre de 2012

Eres mi luz del sol, ola de calor

Llevas esperando ese momento desde que supiste de su existencia. Sonríes porque está cerca, muy, muy cerca. Esos mini infartos buscando la entrada. Revisando todo demasiadas veces.

Allí estás, memorizando cada uno de los detalles. Intentas avanzar. Tu cuerpo te pide movimiento, marcado por la fuerza de los altavoces. No sientes nada, sólo sigues la marea. Cierras los ojos, levantas la cabeza y aullas las letras. Explosiones de felicidad por tu pecho. 

Te giras y ahí están, con tu sonrisa, tus palabras, tu cariño. Por un momento ven y sienten lo mismo que tú. Te da más fuerzas y sigues. Saltando para tocar el cielo. Gritando para silenciar a los altavoces.

Todo para. Notas el calor, el cansancio y la sed. Tu voz casi no responde y te alejas poco a poco, volviendo a casa.


Sonríes.


jueves, 21 de junio de 2012

Lost in the arms of destiny

Muchas veces, buscamos el valor de las palabras en las acciones y otras, encontramos el valor de las acciones en las palabras. Enseñar y ponerlo en práctica. Cosas tan opuestas como la luz y la oscuridad. Estos opuestos siempre estarán unidos. Por muy diferentes que parezcan, uno le da sentido y existencia al otro. ¿Es en esa frontera, donde se confunde el día y la noche, donde se encuentra algún tipo de respuesta?

Le damos valor a las palabras, cuando el silencio también lo tiene. Forzamos la quietud para que nos de algo que supuestamente no tenemos, pero ¿y si resulta que sí lo teníamos? Sería adentrarnos en terreno peligroso. Entramos, destrozando con nuestros preciosos zapatos los pequeños castillos de arena que se levantaron y aguantaron las idas y venidas de las mareas. ¿Qué estamos dispuestos a exigir? ¿Hasta dónde pensamos que tenemos derecho a exigir? Inconformistas. Siempre deseando más. ¿Cuándo se callará esa necesidad del todo? Supongo que tarde, cuando todo ya se haya perdido, porque no sabemos lo que tenemos hasta que desaparece.

Y mientras, seguir sin saber muy bien qué se está haciendo. Perder poco a poco esa pequeña esperanza que quedaba. Tener que renunciar porque se han marcado límites en tu propia cordura.



sábado, 26 de mayo de 2012

Daughter of the rain and snow

Hay momentos en los que simplemente necesitas sacarlo. Liberar el nudo en el pecho. Esas ganas de gritar al mundo que todo está mal y no lo quieres así. Pero es tan "poco apropiado" que tendemos a tomar decisiones para liberar un poco la carga.

Algunos, optan por la vía fácil, cargando todo contra aquellos que deciden, por todas esas extrañas razones por las que hacemos las cosas. Aun siendo egoístas por naturaleza, esto lo lleva al límite. ¿No preocuparse por otros será la solución final? ¿Y si lo que siempre nos ocultan es lo que somos, lo que ayudaría? No creo que sea la respuesta. Somos tan tontos y débiles que necesitamos alguien al que aferrarnos. Cuando veo a esas personas que se aíslan actuando de formas que el entendimiento no comprende, me da pena. Por ellos, por los que les sufren. Algo que podría funcionar durante un tiempo, se queda en piezas sin encajar. ¿Qué pensarán? ¿Lo ven natural? Si es así, ¿por qué?

Otros, por la difícil, intentando encontrar algo tan bueno que contrarreste lo anterior. Me pregunto qué será lo que habrá al final. No pensar salvo en lo bien que se está. ¿Habrá temor por perderlo? Entonces volveríamos por donde hubiéramos conseguido llegar y luego a retomar la ruta. No sería raro que con lo tontos que somos nos hiciéramos la zancadilla. No sería la primera vez, ni la última.

Me parece un concepto tan lejano ese, el de la felicidad, sobre todo si critico cada uno de los trocitos de mi vida. Lo veo alejarse a la vez que me acerco, pero cuando retrocedo, no retrocede conmigo. Y así es la danza eterna, suponiendo que mi eternidad sea mi existencia consciente y no como los restos químicos de un experimento que parece no estar bien formulado del todo. Supongo que hay veces que alguien tendrá que rendirse, principalmente a los hechos. Aunque todo te diga que lo que estas pensando es una locura. Si no tienes unas expectativas altas, tal vez consigas sentir un poco la llamita.

Sinceramente, después de que has llegado al punto de tirarte a un rincón, ¿crees que conseguirás llegar al final de ese camino? 


¿Estaremos esperando que un espejo más grande nos de una imagen más nítida?
¿Por eso algunos miramos hacia el cielo con esperanza de encontrarlo?

lunes, 30 de abril de 2012

La mayor arma que alguien puede usar contra nosotros es nuestra propia mente

Hay tantas cosas que sé que necesito. La mayoría no encuentro cómo conseguirlas. Otras, simplemente, es que hay algo en medio.

Necesitaría un abrazo, un "borrón y cuenta nueva", un perdón, un momento de tranquilidad, caos controlado, un poco de participación, dejar que la marea me llevase lejos, silencio, música eternamente... Y tantas otras cosas que ni sé continuar.

Me he dado cuenta que no estoy consiguiendo nada de lo que debería, de lo que en principio quería. Ya no es sólo fallar a los demás, es fallarme a mí misma.

No es novedad que me discuta, pero ya cansa. Tanto que tengo que cerrar las puertas de la muralla.

A veces, a las cosas malas hay que darles un poco de color para poder pasar por encima de ellas.

martes, 17 de abril de 2012

You can't be too careful anymore, when all that is waiting for you, won't come any closer

Ir río arriba. En busca de un agua más fría, más pura. Allí donde esta vence a la tierra. 

Buscar con las manos las grietas por donde todo fluye. Trepar hasta que duelan los brazos y se haga difícil respirar. Saltar y caer como una bomba de aire en los reinos del frío.

Frío en la superficie, calor en el interior y silencio por todas partes. Ese silencio que es tan profundo que calla a las voces de la cabeza.

Seguir el camino hacia el centro de la tierra, donde todo se hace más oscuro. Algo tendría que haber pasado en todos esos siglos de agua goteante.

Notar que el aire se pelea por salir. Notar cómo lo hace. Forzar unos segundos más sin lo necesario, la única cosa que arriesgarías. Buscar una roca. Impulsarse hacia la luz. Notar toda esa velocidad, cómo se aparta lo que hay delante.

Salir.

Y miles de explosiones en el pecho dan la bienvenida al oxígeno. Las gotas recorren desde el pelo hasta los labios, dibujando los contornos de todo. Vuelta a casa.

Mirarse de nuevo. Las manos ensangrentadas por culpa de los bordes afilados. En el interior del pecho todo retumba. Hay dolor, pero no es malo. Acalla al resto. Sólo es otro grito. Pero se sabe que tiene solución. Un poco de descanso dejándose flotar. Mitad un elemento, mitad otro.

Ojalá se pudiera ser como el agua.
Sin pasado.
Con futuro incierto.
Descubriendo cómo seguir adelante.

The colors conflicted as the flames climbed into the clouds

¿Por qué?

Yo no lo pedí.

Sólo quería mi espacio. Un pequeño lugar con mi nombre en un cartel bien alto, aunque pobremente decorado. Algo acojedor para soportar el principio. Con un par de plantas, para darle el toque verde que me animase. Almohadas por todas partes para que al caer me pudiera acomodar y volver a levantar.

Pero no, ahí entró, como un huracán. Revolviendo todo. Asustando a todos. Cuando pareció que la calma había llegado, otra vez se desató la locura. Como una montaña rusa sin fin. Los cinturones se aflojan cada vez más y pronto caeré.

¿Qué haré con los trozos? ¿Jugar a los puzzles? ¿Soplar y ver si cada uno de ellos se convierte en un pájaro?

Mientras, camas revueltas. Malos despertares. Malos días. Malos pensamientos.

Siempre se ve igual.
Hasta que te acercas y quema.

domingo, 15 de abril de 2012

You don't deserve a point of view, if the only thing you see is you

Cuando le hemos dado tantas vueltas a las cosas que ya no nos encontramos, ¿cómo volvemos al principio? ¿Dónde está el botón del reset? Que ya va siendo hora de dejar de dar vueltas en la cama todos los días y no encontrar solución.

No sé cuándo empecé a frenar lo básico, lo que me hacía ser yo. Ahora sólo queda un pequeño animalillo asustado, que de vez en cuando abre los ojos, abre la boca, pero calla y otra vez al escondite.

Eso de saber qué decir en cada momento es demasiado difícil. ¿Qué hago? ¿Digo algo? ¿Callo? ¿Abrazo? Lo no esperado me hace demasiado débil. Y las personas. Uff, las personas... ¿Qué narices tenemos que nos molestamos los unos a los otros? A buenas o a malas. Pesados.

Y cuando lo que ves está demasiado cercano y te lo habías negado, ¿qué? ¿A quién se lo explicas? La conversación se convierte en un espejo. Dos voces y lo mismo que decir. Rabia compartida. Ninguna con respuesta, pero ambas asintiendo. Eso ya sí que es el colmo. La persona que te puede ayudar es la que tiene tu mismo problema.

Ya sólo queda esperar. Que algún día ya no haya preguntas. Sólo alguna rabieta contenida.

Puede ser lo malo de que nos juntemos con gente como nosotros. Que llega un momento en el que no te van a decir nada que no te hayas dicho tú, y al contrario.

Si un día nos despertamos sonriendo.
Si un día decimos adiós al pasado.
Si un día crecemos.

lunes, 9 de abril de 2012

We are strangers in an empty space

Cuando tomamos una decisión, ¿se nos recolocan las neuronitas? ¿Dirán "Sí, señora" y se pondrán a trabajar? Porque sino, no sé cómo explicarlo.

Ahora, lo que antes era sólo una cosa se convierte en miles. Fragmentos perfectamente unidos sin motivo aparente. ¿Será que la búsqueda nos devuelve todos los datos que hemos recopilado? Un poco de aquí, un poco de allá y listo. Es abrir los ojos de nuevo y participar. Pero que desdibujado se ve todo. Dando pequeños pasitos y de vez en cuando mirar atrás y caer. Al menos, ahora, puedes levantarte poco a poco. No está tan mal.

Seguirán las cicatrices. Es inevitable. Con sus suaves contornos. Diciéndonos que en algún momento hubo algo que no encajaba. Puede que siga sin encajar, pero todo se va cerrando, ¿no? Las historias de las paredes se quedarán en eso, mientras apagamos la luz y vamos a la siguiente sala.

Seguramente llegue el día en el que, con toda la normalidad del mundo, explotemos. Se digan esas cuatro cosas que deberíamos haber dicho y durante unos segundos todo esté patas arriba. Hasta entonces, nuestro lado salvaje dirá que no está disponible. Haciendo algún guiño de vez en cuando.

Resignarnos por miedo.
Creo que no podríamos ser más estúpidos.
¿Y somos los racionales? ¡Venga ya!

jueves, 5 de abril de 2012

Corre y escóndete. Ya vas tarde.

Algunas veces, cuando estás nerviosa, te comportas tan raro que la gente piensa que tienes un problema con ellos. Sí, lo tienes, pero no exactamente con ellos. Eres incapaz de afrontar riesgos. Vives acunándote en la comodidad. Siempre esperando, pensando, negándote experiencias.

Dime qué se siente. Dime cuáles son esos motivos a los que te aferras. Las mentiras y obstáculos que te has creado, sólo para quejarte de la vida. Sí, el problema está con ellos y esa relación que tienen contigo. Tú eres el problema y contagias todo lo que tocas.

No bastaba con hacerte pensar, tenías que involucrar a más personas. ¿No has aprendido aún? ¿Después de 3 años? Los problemas se quedan en casa. La experiencia así te lo dice. ¿Todavía sigues pensando que ayudará preocupar a alguien? ¿Tú? Cuyos problemas no se pueden considerar como tales porque sólo se convierten en eso cuando tu cabecita decide funcionar, encima mal. Te impide muchas cosas y no exclusivamente a ti.

¿Y tú eras inteligente? La que se tropieza consigo misma arrastrando. La que nunca está contenta con nada porque piensa que si ha conseguido algo es porque no es suficientemente bueno. La que recuerda cuando no debería e imagina futuros para que no se pueda vivir el presente.

Dime cuándo dejarás de ser esa persona. Dime cuándo dejarás de escribir qué hacer y lo harás.

Cuando los momentos de reírte sola por cosas recientes sean eso, risas, y no sólo una sonrisa, empezarás a funcionar de nuevo. 

Porque el caos es demasiado poco para ti, ¿verdad?

lunes, 2 de abril de 2012

Si supieras mi historia, palabra por palabra...

¿Podríamos vivir sin secretos? ¿Dejando que todos supieran todo de nosotros? ¿Sabiendo todo de ellos? Se habla de la sinceridad, pero no sabemos manejarla. Tendemos a hacer nuestros propios juicios aunque no haya nada que desmenuzar. Aún cuando nos abrimos a alguien lo hacemos con cuidado, sólo mostrando aquello que no puede cambiar. Un comentario que no esté perfectamente formulado y ya son mil caminos los que puede tomar.

Por una parte, estaría bien. Todo adquiriría una mayor velocidad. Las amistades se harían más fuertes o se destruirían en menor tiempo. La ayuda llegaría antes. El consuelo también. ¿Y si terminásemos teniendo el doble de experiencias? Más historias y menos memoria. ¿Sería eso tener más vida?

Por otra parte, guardar un poquito de lo que somos no tendría que ser malo. A veces, mantener el misterio es lo que hace que las cosas fluyan. La curiosidad y la búsqueda de la verdad nos despiertan la cabecita y nos llevan por sendas que normalmente no recorreríamos. Todo eso que haríamos por conseguir lo que queremos se quedaría en nada, ni lo formularíamos.

¿Qué camino elegir? ¿Aquel que nos muestra tal y como somos? Con todas las consecuencias negativas. Se van las sorpresas y viene la debilidad que puede suponer que se sepa demasiado de ti. ¿Escondernos de todo y vender nuestra vida en fascículos? Podemos alejarnos demasiado de lo que nos rodea y encerrarnos en nuestros secretos.

El problema se plantea de nuevo cuando ya has probado uno de los dos, no te ha ido bien, pruebas el otro y tampoco. ¿Qué será lo correcto? ¿Qué mantendrá el equilibrio de lo que se debe o no saber? ¿Cómo encontrarte si ya has explorado todas las opciones y lo único que te queda es un trozo de papel y miles de preguntas?

Llega un momento que lo único que hay de verdad en nosotros son las preguntas.
La mayoría sin respuesta aún, ni nunca.

jueves, 29 de marzo de 2012

I only hide what is on my mind because I can't explain

Los débiles primeros rayos de sol iluminan el verde. Los tallos de las plantas se estiran, despertando del largo invierno. Las últimas nieves lloran su hora y poco a poco desaparecen. Las flores llegarán, con las sonrisas. 

¡Cuánto desorden! Llega el cambio, pero no hay preparación. Todo se resiente. Cuesta respirar, ver, pensar. Sólo queda tirarse a la cama. Esperar a que el tiempo lo calme todo. Desear un abrazo que todo lo hiciera desaparecer.

Mientras, las palabras se atragantan. Se hace un nudo cada vez más y más grande. Los puños cerrados. Los brazos pegados al tronco. Absoluta impotencia. ¿Por qué todo tan complicado? Lo simple que sería decirlo. Con los ojos cerrados, que cuesta menos. Y el brillo en las mejillas. Y el corazón acelerado. Y el miedo.


Ojalá fuera tan fácil de olvidar. Si hay que complicar las cosas, se hará bien. Al menos, se intentará.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Nothing but my own skin

La lluvia juguetea con las hojas de las palmeras. Como el preciado elixir que es, se desliza suave pero rápidamente por los contornos del tronco. La corteza se presenta como un reto. Sigue lloviendo. El silencio hoy ha desaparecido. La luz de luna se esconde tras las nubes. Será una noche sin estrellas, sólo los brillos en las miradas de las víctimas de la oscuridad iluminarán los rincones. Huir y esconderse de algo que pedimos. Típico.

Mientras, en algún rincón del mundo, de nuestros recuerdos, los fuegos artificiales decoran con sus llamas el cielo. Pequeñas luces compiten con las estrellas por la atención de los terrestres. Los colores se arremolinan en el viento y surge el milagro. Ojos que evitan parpadear. Manos entrelazadas que se buscan aunque ya se tienen. Y entre los estallidos, la belleza los recorre a todos, sin dejarse explicar.

Un mismo día y tan distinto para dos personas. Tal vez la bipolaridad no sea algo malo. Puede que sea lo normal, desconcertarnos. Todos jugamos con todos y ni nos damos cuenta. Pero este no es el camino que queremos. Necesitamos uno estático. Siempre diciendo que de ser como los demás y resulta que ya lo somos, cada uno perfectamente distinto del otro, como es natural. Queremos poner ese orden a las cosas cuando deberíamos quitárselo.

Seamos y no seamos como los demás. Únicos.

lunes, 19 de marzo de 2012

Run for your life

Y las cuatro paredes se acercan mas. El aliento colorea los cristales, como dibujos que claman por una ayuda que nunca llegará. Las marcas de los puños recuerdan a la espuma del mar, algo que puede que jamás vuelva a ver. Se abraza a sí misma, suplicando al tiempo que por una vez haga algo por ella, que todo pase rápido. Pero los segundos se hacen horas. La respiración más acelerada. La cabeza ya no piensa. Incluso en el más absoluto silencio, el corazón retumba. Marcando con cada latido, los pasos hacia el fin. Y la eternidad encontró su nombre y la tristeza su sentimiento.

De nuevo. Sin rumbo. Decides marchar, pero te vuelve a atraer el lado salvaje. Todo aquello de lo que quieres protegerte, golpea de nuevo. Dando vueltas una y otra vez. Cuando crees que has encontrado el camino correcto, encuentras tus pisadas. Allí ya has estado. La misma vieja historia. ¿Cuándo se convirtieron las baldosas amarillas en barro? Aún así sigues buscando el corazón, el cerebro y el valor. Una pena no encontrar nada, o tenerlo y no querer usarlo por lo de siempre. Cobarde.

Mientras, las campanas repiquetean. Sus ecos llegan hasta lo más profundo del bosque. Allí, en el árbol más viejo. Allí, donde las primeras gotas de lluvia fueron útiles. Allí, donde las iniciales tienen un hogar. Ese sitio favorito de alguien. Ahora en silencio. Las historias de fuego y sangre callan las esperanzas del lugar. Nunca nada volverá a ser como antes. Pero, tal vez, puede que no sea a peor. Puede que los grandes ríos reclamen su territorio y apaguen el fuego de antaño. Puede que la sangre, por una vez, no sea vengada de igual manera. Puede que todo pare y se quede tal y como debería, sólo para hacerlo todo más interesante al quedarse igual.

Ya sé que no tiene sentido para las personitas normales. Son sólo delirios. Extractos de las vidas de seres que habitan donde nadie los ve.

Espero que salgas más confundido de lo que entraste pequeño humano, eso significaría que has entendido algo.

Las luces nunca son lo suficientemente fuertes ni nítidas para nosotros.

martes, 13 de marzo de 2012

Sigue nadando, nadando, nadando

Todos esos momentos en los que nos preguntamos por los otros. ¿Qué les pasará? ¿Por qué no nos dejarán entrar? Pero nosotros somos iguales. Nada de preocupar. Sólo intentar seguir adelante. Por los otros, por nosotros.

Corremos. Alejándonos todo lo que podemos de nuestros problemas. Intentamos no mirar abajo. Evitar el miedo que nos provoca ver el fondo del abismo. Pero no. Caemos una y otra vez. Queremos seguir, pero ahí está, una gran brecha que no nos deja avanzar. Hasta que no logremos olvidar que ahí está, no podremos hacer otra cosa que huir. Nunca avanzar. Seguir el laberinto que no lleva a un final.

Ojalá existiera una forma de no ser tan humanos.

Siempre hablo de quitarnos la tontería, ¡qué poco caso me puedo hacer!

 Frena en seco. Escucha. El latido acelerado. El aire cuyas llamas lamen tus pulmones. Descansa. Siente.


domingo, 11 de marzo de 2012

Life's too short to even care at all

No puedo dejar de preguntarme si los sueños tendrán o no algún significado. ¿Y si sirven para ordenar un poco el desastre que tienes ahí arriba? O puede que te hagan guiños de lo que deberías hacer. O simplemente sea la neurona maligna que se aburría y ha dicho "¿Por qué no?", trastea un poco y se tranquiliza. Otra vez un mes o más hasta que el próximo sueño aparezca.

Un día estás tan tranquila, bueno, todo lo que te deja la vida. A la mañana siguiente despiertas con miles de historias sin sentido en tu cabeza. Tu cerebro ha usado elementos tanto reales como imaginarios. Nada guarda relación y ,sin embargo, suele seguir un camino ordenado. Puede llegar a parecer una película de mal gusto.

Las palabras que hubieras deseado escuchar. Las amistades que hubieras deseado conservar. El tiempo que hubieras deseado aprovechar. Las decisiones que hubieras deseado no tomar. Todo condensado. Te planteas cosas que ni llegarías a decir en broma, al menos no ahora.

Despiertas como si estuvieras en la continuación del sueño, todavía sin distinguir si eres tú o tu mente. Imágenes fugaces de las historias que te has contado pasan y te confunden. Estaba ahí, la vi, hablé con ella, viajé con ella. De pronto la realidad te alcanza. La imaginación no entiende de imposibles, la razón se guía por ellos, evitándolos.

Para un día que te acuerdas que has soñado y te obsesionas con ello. Como con todo. Tanto, que toca escribir y entretener a alguien haciéndole pensar lo rara que eres. 

Hola personita aburrida.

Lo fácil que es estar seria cuando no tienes a nadie de quién reírte.

sábado, 10 de marzo de 2012

¿Cuánto tiempo es para siempre? A veces, sólo un segundo

¿Y si tienen razón? ¿Y si tengo razón? ¿Debería dejar de ser yo durante un par de segundos? Sólo lo suficiente para hacer lo que sé que tendría que hacer. Entiendo que no tiene sentido que siga quieta, esperando que el momento lo encuentren los otros mientras yo no me hago caso. ¿Para qué me sirve saberlo si luego no lo utilizo? Si luego me miento diciendo que pronto, que a la oportunidad. ¿Por qué me resulta tan difícil lo fácil? Ya sé los posibles resultados, aún así me encierro. Creo una realidad paralela donde todo tiene sentido, pero son preguntas. Donde sólo yo encuentro el principio y el fin, pero no el camino. Donde me veo, pero me pierdo. Como si pudiera ver la solución de un gran puzzle pero me faltasen piezas, o no supiera hacerlas encajar.

Intentaría dejarlo pasar. Borrar todo. Volver a ese preciso instante en el que algo hizo click y me volvió a confundir. Pararían las sonrisas tontas, las miradas que no son, los silencios que en mi mente se llenan, los miedos de destruir, como siempre.

El tiempo es algo que utilizas bien o se pierde. Un día respiras, vives. Al siguiente no eres más que los pensamientos de otros. Todos esos recuerdos únicos, tuyos, se perderán con el último latido de tu corazón. Seguiremos siendo algo hasta que todos los que nos conocieron ya no estén, nuestras historias terminen en final feliz (o no tanto) y nos convirtamos en "¿Quién es esta persona que aparece aquí?". Hasta entonces, hay que elegir entre actuar y sufrir las consecuencias, o pretender que todo está bien y escondernos. El problema está cuando te mantienes en ambas partes. Y mientras, nos vamos apagando poco a poco.

Si las cosas fueran tan simples como deseamos. Sólo tan simples.

domingo, 26 de febrero de 2012

You know we're gonna find you

Me he dado cuenta de que casi la totalidad de mis entradas comienzan con un "Hoy", cuando son pensamientos enraizados en mí, inmutables. Lo único que hace especial a ese principio es que decidí escribirlos y que me rondan demasiado últimamente. Definitivamente hay veces que sé qué quiero escribir, pero no cómo empezar, ni expresarlo con la profundidad que desearía. Supongo que será que mi propia mente no quiere que siga recordando, o no quiere que se sepa quien soy, o es que no se expresarme y punto (la más probable). Sí, todo este párrafo ha surgido porque iba a empezar con "Hoy, ...". Eso de economizar espacio no parece ser mi fuerte.

Venía a escribir un poco de lo cierto que es que se debe tener cuidado con lo que se pide, porque te lo pueden dar. Algunas veces, aquello que utilizaste para no sentirte mal, para convencerte de que hacías la elección correcta, no es tan bueno que sea cierto. Esa mezcla de sentimientos. ¿Por qué no se podrá ser un poco más simple? En mi cabeza la felicidad y la tristeza siempre van de la mano. Es normal, no es que sea alguien corriente, pero no veo porqué le caigo tan bien al caos. Lo fácil que sería vivir el ahora y lo que me gusta, al parecer, torturarme con cada pedacito de pasado. Creo que debe ser una pequeña neurona que planea el mal, la misma que quiere dominar el mundo. Pero no es sólo con el pasado, también con el presente y el posible futuro. Está en todas partes, trasteando y haciéndome tropezar.

Tampoco es que quiera cambiarme, pero estaría bien darme cuenta de que así voy mal. No solo pensarlo, como ya hago, sino interiorizarlo. Eso es lo peor. Saber que es una tontería y seguir sufriendo por ello. ¿Por qué aquello que se ve tan claro nuestro "yo" no lo hace? ¿Cuándo se separaron esas dos partes? ¿No deberíamos ser un todo y tener un comportamiento un poco más predecible? Nada de pensar demasiado las cosas. Menos problemas irresolubles y un poco más de sonrisas sinceras. Es ir contra natura y plantearnos lo simple, lo fácil. Pero adoramos los retos. Somos realmente tontos. Somos humanos.

El miedo nos hace enemigos, pero seguimos siendo desconocidos.

Lo peor de esta entrada es que es corta, con poco significado y he debido tardar una semana en saber qué quería mi cabeza escribir. Se me está pegando la lentitud del mundo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Si al menos fuera suficiente

Hoy, después de demasiado tiempo, de dos aprobados y dos suspensos confirmados, vuelvo a delirar. Ahora parece que solo puedo empezar las entradas disculpándome por no escribir más a menudo o diciendo que lo intentaré un poco más. Por más que quiera que eso sea verdad me temo que ya me he dado cuenta de que no. Pobres aquellos que se aburren y me leen.

Siento la necesidad de hablar del miedo a que cambien las cosas. Como dicen: "Si está bien, no lo toques", pero todos esos beneficios que se esconden en los cambios se quedarían existiendo sin hacerlo. ¿Cómo podríamos saber cuando es a bien y cuando a mal? ¿Por qué tenemos que pensar tanto la mayoría de nuestros movimientos? Y lo más importante, ¿por qué cuando tenemos la oportunidad seguimos pensando y no lo hacemos realidad?

Está ese miedo a que no haya nada bueno, a que todo sean imaginaciones nuestras. Está la tontería. Todo sería mucho más fácil si no pensásemos en los otros, si no nos afectase cómo nos ven ni cómo creemos que lo hacen. Que hay cambios cuyo efecto negativo dura muy poco, pero aún así, no se hace nada cuando se debería.

Ahí está, esa inutilidad que se apodera de ti y de la que no sabes escapar. ¿Por qué no habré hecho nada? ¿Qué habría pasado si...? Nunca felices, siempre recordando e inventando todos los posibles finales. Aún sabiendo que el escenario más probable puede ser favorable no nos movemos, porque el negativo está ahí. Las posibilidades de que acabe mal, aunque sean nimias, nos observan. Temerosos por perder, ansiosos por ganar.

Sigo pensando que necesitamos una herramienta que no nos permita pensar demasiado, que nos haga intentarlo. Estaría bien tener algo que me dijera lo tonta que soy. Que me dijera "Hazlo". Que se llevase todas las dudas.

Solo pido que algo nos arañe un poco las neuronas y saque lo mejor que tenemos.
Dijo la que se esconde.