¿Y si tienen razón? ¿Y si tengo razón? ¿Debería dejar de ser yo durante un par de segundos? Sólo lo suficiente para hacer lo que sé que tendría que hacer. Entiendo que no tiene sentido que siga quieta, esperando que el momento lo encuentren los otros mientras yo no me hago caso. ¿Para qué me sirve saberlo si luego no lo utilizo? Si luego me miento diciendo que pronto, que a la oportunidad. ¿Por qué me resulta tan difícil lo fácil? Ya sé los posibles resultados, aún así me encierro. Creo una realidad paralela donde todo tiene sentido, pero son preguntas. Donde sólo yo encuentro el principio y el fin, pero no el camino. Donde me veo, pero me pierdo. Como si pudiera ver la solución de un gran puzzle pero me faltasen piezas, o no supiera hacerlas encajar.
Intentaría dejarlo pasar. Borrar todo. Volver a ese preciso instante en el que algo hizo click y me volvió a confundir. Pararían las sonrisas tontas, las miradas que no son, los silencios que en mi mente se llenan, los miedos de destruir, como siempre.
El tiempo es algo que utilizas bien o se pierde. Un día respiras, vives. Al siguiente no eres más que los pensamientos de otros. Todos esos recuerdos únicos, tuyos, se perderán con el último latido de tu corazón. Seguiremos siendo algo hasta que todos los que nos conocieron ya no estén, nuestras historias terminen en final feliz (o no tanto) y nos convirtamos en "¿Quién es esta persona que aparece aquí?". Hasta entonces, hay que elegir entre actuar y sufrir las consecuencias, o pretender que todo está bien y escondernos. El problema está cuando te mantienes en ambas partes. Y mientras, nos vamos apagando poco a poco.
Si las cosas fueran tan simples como deseamos. Sólo tan simples.
