domingo, 11 de marzo de 2012

Life's too short to even care at all

No puedo dejar de preguntarme si los sueños tendrán o no algún significado. ¿Y si sirven para ordenar un poco el desastre que tienes ahí arriba? O puede que te hagan guiños de lo que deberías hacer. O simplemente sea la neurona maligna que se aburría y ha dicho "¿Por qué no?", trastea un poco y se tranquiliza. Otra vez un mes o más hasta que el próximo sueño aparezca.

Un día estás tan tranquila, bueno, todo lo que te deja la vida. A la mañana siguiente despiertas con miles de historias sin sentido en tu cabeza. Tu cerebro ha usado elementos tanto reales como imaginarios. Nada guarda relación y ,sin embargo, suele seguir un camino ordenado. Puede llegar a parecer una película de mal gusto.

Las palabras que hubieras deseado escuchar. Las amistades que hubieras deseado conservar. El tiempo que hubieras deseado aprovechar. Las decisiones que hubieras deseado no tomar. Todo condensado. Te planteas cosas que ni llegarías a decir en broma, al menos no ahora.

Despiertas como si estuvieras en la continuación del sueño, todavía sin distinguir si eres tú o tu mente. Imágenes fugaces de las historias que te has contado pasan y te confunden. Estaba ahí, la vi, hablé con ella, viajé con ella. De pronto la realidad te alcanza. La imaginación no entiende de imposibles, la razón se guía por ellos, evitándolos.

Para un día que te acuerdas que has soñado y te obsesionas con ello. Como con todo. Tanto, que toca escribir y entretener a alguien haciéndole pensar lo rara que eres. 

Hola personita aburrida.

Lo fácil que es estar seria cuando no tienes a nadie de quién reírte.