martes, 13 de marzo de 2012

Sigue nadando, nadando, nadando

Todos esos momentos en los que nos preguntamos por los otros. ¿Qué les pasará? ¿Por qué no nos dejarán entrar? Pero nosotros somos iguales. Nada de preocupar. Sólo intentar seguir adelante. Por los otros, por nosotros.

Corremos. Alejándonos todo lo que podemos de nuestros problemas. Intentamos no mirar abajo. Evitar el miedo que nos provoca ver el fondo del abismo. Pero no. Caemos una y otra vez. Queremos seguir, pero ahí está, una gran brecha que no nos deja avanzar. Hasta que no logremos olvidar que ahí está, no podremos hacer otra cosa que huir. Nunca avanzar. Seguir el laberinto que no lleva a un final.

Ojalá existiera una forma de no ser tan humanos.

Siempre hablo de quitarnos la tontería, ¡qué poco caso me puedo hacer!

 Frena en seco. Escucha. El latido acelerado. El aire cuyas llamas lamen tus pulmones. Descansa. Siente.