martes, 17 de abril de 2012

The colors conflicted as the flames climbed into the clouds

¿Por qué?

Yo no lo pedí.

Sólo quería mi espacio. Un pequeño lugar con mi nombre en un cartel bien alto, aunque pobremente decorado. Algo acojedor para soportar el principio. Con un par de plantas, para darle el toque verde que me animase. Almohadas por todas partes para que al caer me pudiera acomodar y volver a levantar.

Pero no, ahí entró, como un huracán. Revolviendo todo. Asustando a todos. Cuando pareció que la calma había llegado, otra vez se desató la locura. Como una montaña rusa sin fin. Los cinturones se aflojan cada vez más y pronto caeré.

¿Qué haré con los trozos? ¿Jugar a los puzzles? ¿Soplar y ver si cada uno de ellos se convierte en un pájaro?

Mientras, camas revueltas. Malos despertares. Malos días. Malos pensamientos.

Siempre se ve igual.
Hasta que te acercas y quema.