Y las cuatro paredes se acercan mas. El aliento colorea los cristales, como dibujos que claman por una ayuda que nunca llegará. Las marcas de los puños recuerdan a la espuma del mar, algo que puede que jamás vuelva a ver. Se abraza a sí misma, suplicando al tiempo que por una vez haga algo por ella, que todo pase rápido. Pero los segundos se hacen horas. La respiración más acelerada. La cabeza ya no piensa. Incluso en el más absoluto silencio, el corazón retumba. Marcando con cada latido, los pasos hacia el fin. Y la eternidad encontró su nombre y la tristeza su sentimiento.
De nuevo. Sin rumbo. Decides marchar, pero te vuelve a atraer el lado salvaje. Todo aquello de lo que quieres protegerte, golpea de nuevo. Dando vueltas una y otra vez. Cuando crees que has encontrado el camino correcto, encuentras tus pisadas. Allí ya has estado. La misma vieja historia. ¿Cuándo se convirtieron las baldosas amarillas en barro? Aún así sigues buscando el corazón, el cerebro y el valor. Una pena no encontrar nada, o tenerlo y no querer usarlo por lo de siempre. Cobarde.
Mientras, las campanas repiquetean. Sus ecos llegan hasta lo más profundo del bosque. Allí, en el árbol más viejo. Allí, donde las primeras gotas de lluvia fueron útiles. Allí, donde las iniciales tienen un hogar. Ese sitio favorito de alguien. Ahora en silencio. Las historias de fuego y sangre callan las esperanzas del lugar. Nunca nada volverá a ser como antes. Pero, tal vez, puede que no sea a peor. Puede que los grandes ríos reclamen su territorio y apaguen el fuego de antaño. Puede que la sangre, por una vez, no sea vengada de igual manera. Puede que todo pare y se quede tal y como debería, sólo para hacerlo todo más interesante al quedarse igual.
Ya sé que no tiene sentido para las personitas normales. Son sólo delirios. Extractos de las vidas de seres que habitan donde nadie los ve.
Espero que salgas más confundido de lo que entraste pequeño humano, eso significaría que has entendido algo.
Las luces nunca son lo suficientemente fuertes ni nítidas para nosotros.