jueves, 29 de marzo de 2012

I only hide what is on my mind because I can't explain

Los débiles primeros rayos de sol iluminan el verde. Los tallos de las plantas se estiran, despertando del largo invierno. Las últimas nieves lloran su hora y poco a poco desaparecen. Las flores llegarán, con las sonrisas. 

¡Cuánto desorden! Llega el cambio, pero no hay preparación. Todo se resiente. Cuesta respirar, ver, pensar. Sólo queda tirarse a la cama. Esperar a que el tiempo lo calme todo. Desear un abrazo que todo lo hiciera desaparecer.

Mientras, las palabras se atragantan. Se hace un nudo cada vez más y más grande. Los puños cerrados. Los brazos pegados al tronco. Absoluta impotencia. ¿Por qué todo tan complicado? Lo simple que sería decirlo. Con los ojos cerrados, que cuesta menos. Y el brillo en las mejillas. Y el corazón acelerado. Y el miedo.


Ojalá fuera tan fácil de olvidar. Si hay que complicar las cosas, se hará bien. Al menos, se intentará.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Nothing but my own skin

La lluvia juguetea con las hojas de las palmeras. Como el preciado elixir que es, se desliza suave pero rápidamente por los contornos del tronco. La corteza se presenta como un reto. Sigue lloviendo. El silencio hoy ha desaparecido. La luz de luna se esconde tras las nubes. Será una noche sin estrellas, sólo los brillos en las miradas de las víctimas de la oscuridad iluminarán los rincones. Huir y esconderse de algo que pedimos. Típico.

Mientras, en algún rincón del mundo, de nuestros recuerdos, los fuegos artificiales decoran con sus llamas el cielo. Pequeñas luces compiten con las estrellas por la atención de los terrestres. Los colores se arremolinan en el viento y surge el milagro. Ojos que evitan parpadear. Manos entrelazadas que se buscan aunque ya se tienen. Y entre los estallidos, la belleza los recorre a todos, sin dejarse explicar.

Un mismo día y tan distinto para dos personas. Tal vez la bipolaridad no sea algo malo. Puede que sea lo normal, desconcertarnos. Todos jugamos con todos y ni nos damos cuenta. Pero este no es el camino que queremos. Necesitamos uno estático. Siempre diciendo que de ser como los demás y resulta que ya lo somos, cada uno perfectamente distinto del otro, como es natural. Queremos poner ese orden a las cosas cuando deberíamos quitárselo.

Seamos y no seamos como los demás. Únicos.

lunes, 19 de marzo de 2012

Run for your life

Y las cuatro paredes se acercan mas. El aliento colorea los cristales, como dibujos que claman por una ayuda que nunca llegará. Las marcas de los puños recuerdan a la espuma del mar, algo que puede que jamás vuelva a ver. Se abraza a sí misma, suplicando al tiempo que por una vez haga algo por ella, que todo pase rápido. Pero los segundos se hacen horas. La respiración más acelerada. La cabeza ya no piensa. Incluso en el más absoluto silencio, el corazón retumba. Marcando con cada latido, los pasos hacia el fin. Y la eternidad encontró su nombre y la tristeza su sentimiento.

De nuevo. Sin rumbo. Decides marchar, pero te vuelve a atraer el lado salvaje. Todo aquello de lo que quieres protegerte, golpea de nuevo. Dando vueltas una y otra vez. Cuando crees que has encontrado el camino correcto, encuentras tus pisadas. Allí ya has estado. La misma vieja historia. ¿Cuándo se convirtieron las baldosas amarillas en barro? Aún así sigues buscando el corazón, el cerebro y el valor. Una pena no encontrar nada, o tenerlo y no querer usarlo por lo de siempre. Cobarde.

Mientras, las campanas repiquetean. Sus ecos llegan hasta lo más profundo del bosque. Allí, en el árbol más viejo. Allí, donde las primeras gotas de lluvia fueron útiles. Allí, donde las iniciales tienen un hogar. Ese sitio favorito de alguien. Ahora en silencio. Las historias de fuego y sangre callan las esperanzas del lugar. Nunca nada volverá a ser como antes. Pero, tal vez, puede que no sea a peor. Puede que los grandes ríos reclamen su territorio y apaguen el fuego de antaño. Puede que la sangre, por una vez, no sea vengada de igual manera. Puede que todo pare y se quede tal y como debería, sólo para hacerlo todo más interesante al quedarse igual.

Ya sé que no tiene sentido para las personitas normales. Son sólo delirios. Extractos de las vidas de seres que habitan donde nadie los ve.

Espero que salgas más confundido de lo que entraste pequeño humano, eso significaría que has entendido algo.

Las luces nunca son lo suficientemente fuertes ni nítidas para nosotros.

martes, 13 de marzo de 2012

Sigue nadando, nadando, nadando

Todos esos momentos en los que nos preguntamos por los otros. ¿Qué les pasará? ¿Por qué no nos dejarán entrar? Pero nosotros somos iguales. Nada de preocupar. Sólo intentar seguir adelante. Por los otros, por nosotros.

Corremos. Alejándonos todo lo que podemos de nuestros problemas. Intentamos no mirar abajo. Evitar el miedo que nos provoca ver el fondo del abismo. Pero no. Caemos una y otra vez. Queremos seguir, pero ahí está, una gran brecha que no nos deja avanzar. Hasta que no logremos olvidar que ahí está, no podremos hacer otra cosa que huir. Nunca avanzar. Seguir el laberinto que no lleva a un final.

Ojalá existiera una forma de no ser tan humanos.

Siempre hablo de quitarnos la tontería, ¡qué poco caso me puedo hacer!

 Frena en seco. Escucha. El latido acelerado. El aire cuyas llamas lamen tus pulmones. Descansa. Siente.


domingo, 11 de marzo de 2012

Life's too short to even care at all

No puedo dejar de preguntarme si los sueños tendrán o no algún significado. ¿Y si sirven para ordenar un poco el desastre que tienes ahí arriba? O puede que te hagan guiños de lo que deberías hacer. O simplemente sea la neurona maligna que se aburría y ha dicho "¿Por qué no?", trastea un poco y se tranquiliza. Otra vez un mes o más hasta que el próximo sueño aparezca.

Un día estás tan tranquila, bueno, todo lo que te deja la vida. A la mañana siguiente despiertas con miles de historias sin sentido en tu cabeza. Tu cerebro ha usado elementos tanto reales como imaginarios. Nada guarda relación y ,sin embargo, suele seguir un camino ordenado. Puede llegar a parecer una película de mal gusto.

Las palabras que hubieras deseado escuchar. Las amistades que hubieras deseado conservar. El tiempo que hubieras deseado aprovechar. Las decisiones que hubieras deseado no tomar. Todo condensado. Te planteas cosas que ni llegarías a decir en broma, al menos no ahora.

Despiertas como si estuvieras en la continuación del sueño, todavía sin distinguir si eres tú o tu mente. Imágenes fugaces de las historias que te has contado pasan y te confunden. Estaba ahí, la vi, hablé con ella, viajé con ella. De pronto la realidad te alcanza. La imaginación no entiende de imposibles, la razón se guía por ellos, evitándolos.

Para un día que te acuerdas que has soñado y te obsesionas con ello. Como con todo. Tanto, que toca escribir y entretener a alguien haciéndole pensar lo rara que eres. 

Hola personita aburrida.

Lo fácil que es estar seria cuando no tienes a nadie de quién reírte.

sábado, 10 de marzo de 2012

¿Cuánto tiempo es para siempre? A veces, sólo un segundo

¿Y si tienen razón? ¿Y si tengo razón? ¿Debería dejar de ser yo durante un par de segundos? Sólo lo suficiente para hacer lo que sé que tendría que hacer. Entiendo que no tiene sentido que siga quieta, esperando que el momento lo encuentren los otros mientras yo no me hago caso. ¿Para qué me sirve saberlo si luego no lo utilizo? Si luego me miento diciendo que pronto, que a la oportunidad. ¿Por qué me resulta tan difícil lo fácil? Ya sé los posibles resultados, aún así me encierro. Creo una realidad paralela donde todo tiene sentido, pero son preguntas. Donde sólo yo encuentro el principio y el fin, pero no el camino. Donde me veo, pero me pierdo. Como si pudiera ver la solución de un gran puzzle pero me faltasen piezas, o no supiera hacerlas encajar.

Intentaría dejarlo pasar. Borrar todo. Volver a ese preciso instante en el que algo hizo click y me volvió a confundir. Pararían las sonrisas tontas, las miradas que no son, los silencios que en mi mente se llenan, los miedos de destruir, como siempre.

El tiempo es algo que utilizas bien o se pierde. Un día respiras, vives. Al siguiente no eres más que los pensamientos de otros. Todos esos recuerdos únicos, tuyos, se perderán con el último latido de tu corazón. Seguiremos siendo algo hasta que todos los que nos conocieron ya no estén, nuestras historias terminen en final feliz (o no tanto) y nos convirtamos en "¿Quién es esta persona que aparece aquí?". Hasta entonces, hay que elegir entre actuar y sufrir las consecuencias, o pretender que todo está bien y escondernos. El problema está cuando te mantienes en ambas partes. Y mientras, nos vamos apagando poco a poco.

Si las cosas fueran tan simples como deseamos. Sólo tan simples.