viernes, 25 de marzo de 2011

Dulce libertad que lo embriagas todo.

Hoy, se terminó el queridísimo simulacro de selectividad. Siempre a un precio. Este fin de semana será gris y con dolor. Cómo no. Será Murphy que tenía demasiada razón seguramente. El pasado, los pobres que teníamos que estudiar, lo hicimos con un clima primaveral. Este, me parece que saldremos a los centros comerciales o de tapas, únicos planes que no implican salir empapados.

Dentro de lo malo, no ha sido tanto. Tal vez eso de hacer el peor el que más contaba sea lo peor que haya pasado. Ahora solo quiero usar esa libertad que he tenido guardada en el cajón bajo llave tanto tiempo. Una pena lo de hoy, pero se puede apañar algo con una película y un poco de imaginación.

La verdad es que estoy de bastante buen humor, independientemente de lo que ocurre en el mundo. Los exámenes me han hecho apreciar más el tiempo libre. Me lleno más cuando salgo.

Hablando del mundo. Qué bien le vinieron a Gadafi los sucesos de Japón. Se creía que podía dedicarse a masacrar unos pocos más civiles y que el populacho no se enteraría. No lo hicimos. Ponías las noticias y solo era Japón. Que sí, que tiene su razón que esté en primera plana y que es horrible; pero le ha venido como anillo al dedo. Ahora esta guerra que dicen no lo es (simplemente por lo políticamente correcto) tampoco es muy llamativa para los personajes de a pie. El primer día sí, pero solo por los aviones y por el "¿participa nosequien?". Ahora es como lluvia en el mar.

Oh qué hipócritas los políticos. Sí es una guerra y sí quieren derrocar a Gadafi. La ONU quiere hacer como que todo es maravilloso y que es solo un pequeño movimiento. ¿Desde cuando un pequeño movimiento incumbe a tantos países? Y no solo de segunda como nosotros, que tenemos aquí a nuestras superpotencias en primera línea a ver quien se queda el crudo. Pero nosotros somos muy buenos, o al menos eso es lo que vendemos. Somos los mejores y los que no son como nosotros deben cambiar. No apoyo a los regímenes totalitaristas, pero las cosas claras. Estamos para que ese indeseable deje de cometer atrocidades y ya de paso no vendrá mal un poco de petróleo de ese que tanta falta nos hace, ¿no? Todo por el bien de Libia (y por el nuestro).

Ya sé, seguramente esté equivocada. No digo lo contrario. Tampoco he podido informarme mucho (maldito maravilloso Kant y sus compañeros que me liáis la cabeza... y todos esos que se aburrían y decidieron pensar), pero yo veo así la situación.

Una desgracia Japón, después de ese tsunami sufren las consecuencias de una central nuclear despistada. Y pienso yo "¿por qué no se dedican a desarrollar la fusión nuclear en vez de tantos móviles y cochecitos de choque?". "No rentará" será la respuesta de esta especie que solo piensa en el presente. Lo mucho que nos quejamos de lo que hacen los otros mal y lo poco que lo hacemos de nosotros.

Me siento un poco inútil por no poder hacer nada, la verdad, pero ¿qué puedo hacer?.

Aun con mis pensamientos un poco pesimistas (como siempre) estoy feliz (¡BIEN!).

Me apetece corretear y disfrutar del cesped. Ven primavera.

martes, 15 de marzo de 2011

Cuenta atrás y vuelta a empezar.

Hoy, situación típica de anuario del típico instituto de la típica película adolescente americana, o lo que es los mismo, las fotos para la orla.

Levantarse pronto. Buscar que ponerse. Arreglarse el pelo. Desayunar. Vestirse. Maquillarse. Darse los últimos retoques. Salir de camino al instituto. No me sorprende que el aire esté juguetón por la mañana, ya lo preveía ayer. Intento salvar parte de ese "peinado" lo suficientemente elaborado para parecer arreglado e informal a la vez. Luchando unas horas para no despeinarse, no mancharse, estar lista. Llegan las fotos. Varias y en todas con la típica expresión forzada. Pero ya ha pasado. Me tranquilizo y observo.

Se ve durante toda la mañana un grupo charlando sobre como se ha salido y como se ha dejado de salir. Todos arreglados. Incluso los que solo tienen un chandal como vestuario formal llevan camisa o jersey. En cierto modo, todos temerosos. Al final, todos quejosos. A nadie le gusta su foto, pero lo cuenta, se entretiene. Gran parte de la mañana perdida, pero sin esa sensación horrible de no saber qué hace el mundo. A la salida, el mismo tema. Más relajados en marcha al hogar. Ya se puede correr. Ya se puede uno ensuciar. Ya se es libre. Como pájaros al atardecer.

Aún así, llegan los exámenes. Simulacro de selectividad. Tendré que desapuntarme de natación. Solo un día cada dos semanas, no es justo pagar y no ir. No sé cuando me despediré del agua. De esa dulce presión en el pecho que provoca respirar demasiado rápido.

[Atención: el siguiente contenido puede estar infestado de cosas no interesantes, se recomienda no leerlo, salvo si se aburre uno mucho]

Mientras, tengo una flamante hoja de papel mirándome fijamente. En ella, las palabras de lo que quiero hacer, los numeros a los que debo ser capaz de llegar. Ese corcho anclado en la pared que me saluda con mis deseos y espectativas. Ahora pequeños recortes lo adornan. Debería pintarlo. Decorarlo. Es un corcho triste y ahí solo pongo cosas alegres (y el horario, pero es inevitable). Tal vez lo que es el corcho con acuarelas, para que siga teniendo la textura de corcho. El marco con pintura resistente, puede que luego decorarlo con rotuladores. No sé. Quiero cambiar tantas cosas en mi vida y esta es en la que me fijo ahora.

Tal vez debería hacer eso, cambiar. Un día, tras los exámenes, tal vez huya. Me vestiré, maquillaré y calzaré unos tacones. Una aventura en lo desconocido no puede ser tan malo ¿no?

Zapatos. Un típico. Los adoro y los quiero todos ja ja ja.

sábado, 12 de marzo de 2011

Y debo decir que no me sorprende

Hoy, después de tanto tiempo vuelvo al ataque. Situaciones muy curiosas en esta semana. Primero las notas, normales, a ver cuando mejoro ya de una vez. Lo segundo, lo de siempre. Simplemente fastidiar un viernes por un jueves, no le veo ningún sentido.

Sigo sin saber por qué soy tan tonta. Me hago ilusiones por cosas que sé que nunca pasarán. Espero encontrar cosas nuevas que sí valgan la pena. Pero, ¿cómo hacer que alguien cambie para bien?¿Cómo hacerme a mí misma mejorar? No sé quitarme esta tontería. Seguir teniendo sueños en eso no tiene sentido. Lo sé, pero no me lo aplico. Será esa maldita parte débil que tengo y que me consume cuando no me doy cuenta. Será ese punto ciego que mi mente no encuentra. Será que soy persona y no lo puedo evitar. Ignorante e inútil.

Y sigo diciendo que no merece la pena, que ya no. Y sigo cayendo, luchando, solo perdiendo. HARTA. Eso es lo que estoy. Pero soy tonta, así que, el juego no acaba aquí. No lo hará nunca.

Por otro lado tengo deseos de que un juego salga, ese juego que me encanta. 3 años retrasándolo. Pronto dicen. Al menos ahora veo vídeos de lo que será. Además estoy pensando en cambiar de móvil. Hum sentimiento consumista ja ja ja.

Que poco interesante ¿verdad?

Ser una criatura del bosque, sin más preocupación que el aire, el agua y la tierra.

viernes, 4 de marzo de 2011

Atención. No jugar con fuego.

Hoy me he enterado que solo 2 vamos a terminar aprobando todo este trimestre. No sé cómo sentirme. Aliviada porque uno de los dos soy yo o decepcionada porque otros 28 no han aprobado en las mismas condiciones.

Ahora, es peor todavía sacar nota. Te odian por no "apoyarlos". Te echan la culpa diciendo que son solo favoritismos. Que el nombre cuenta. Mi nombre no me ha contado mucho este trimestre que he estudiado el cuádruple y voy a sacar peor nota. Pero no es mi culpa. Yo no elegí que otros suspendieran ¿no?

Supongo que esto solo reafirma mi posición (expuesta ya en las anteriores entradas). Necesitamos algo a lo que culpar. Aunque no tengamos razón. Solo soltar un poco de carga en otros. No "apechugar" con lo que hemos ido haciendo, con lo que hacemos. Y luego seré yo la enferma por pensar esto. Demasiadas pruebas es lo que tengo.

La profesora de filosofía ya está harta, junto con los otros 7 profesores que se hacen cargo de nosotros. Nos tratan mal y lo único que estamos consiguiendo es que nos presten menos atención, confíen menos en nosotros y nos lo hagan pasar peor. En mi clase se quiere cambiar el delegado. Me quieren poner a mí. Yo no puedo hacerme cargo ahora, tengo cosas que hacer. Además, esto se lo deberían haber planteado antes. Al principio de curso. A mí no se me ocurrió votar a nuestro delegado actual. Ya se vio que no sirvió para nada el año pasado. Voté a quien pensaba que realmente podría desempeñar ese cargo. Pero ahora tenemos que cambiar porque el colectivo no eligió movido por los ideales, tenemos que cambiar a alguno del grupo que lucha, que habla en voz alta.

Lo que me asusta es que nuestro tutor solo me haga caso a mí. Una gran mayoría cuando habla lo hace desde su punto de vista. Deberíamos analizarlos todos. Nos movemos por nuestros sentimientos y no por nuestra razón. Yo pensaba que eso ya lo tendríamos superado, pero parece que no.

Mientras tanto seguimos empeorando, faltando al respeto. Seguimos siendo repudiados. Nos quejamos por nuestro errores, echándoselos en cara a otros. Y la espiral continua y continua. Y nos hundimos. Y solo nosotros nos podremos salvar. Y no nos damos cuenta.

¿Sufriremos y heriremos hasta que sea demasiado tarde?¿Qué haremos con lo que no sirve y por lo que damos todo?¿Seguiremos luchando por nuestras "causas perdidas"?¿Por nuestras "razones"?


A veces demasiado tarde para cambiar.
Puede que en un pequeño rincón sonriamos al sol.

martes, 1 de marzo de 2011

Ensoñación.

Hoy, buena noticia en física. La primera del curso. Tendría que enmarcarlo o algo. Aunque en historia cada vez más aburrida. Los profesores que intentan enseñar leyendo diapositivas no son profesores. Lo único que motivan es que los alumnos busquen otras cosas para hacer. Luego los malos son los estudiantes. Pero si ellos no saben enseñar el problema se encuentra en otra parte ¿no?

Son tantas las diferencias que se encuentran en las aulas. Esos profesores que te hacen prestar atención a cada paso que dan, aunque no te guste te motivan a aprenderla, entenderla. Esos profesores que hacen las clases dinámicas, que saben hacer un paréntesis cuando se debe. Por otra parte aquellos que cansados de las pocas ganas de la mayoría se vuelven fríos y serios. Así una larga lista hasta llegar a los anteriormente mencionados. ¿Qué hacer? ¿Cómo se le enseña a un profesor de nuevo a enseñar?

Me gustaría tener un buen motivo para no tener que desarrollar mis "artes plásticas" mientras se habla del siglo XIX. Pero así solo contribuyo al sector de los que deciden vivir en un mundo paralelo. Las críticas se vuelven contra mí. Lo entiendo. Entonces estoy disgustada conmigo.

El examen de inglés me ha servido para reflexionar. Sí. He hecho mi propia entrada sobre las compras compulsivas en inglés.

Lo peor de todo es que no te guste lo que tú también haces. Supongo que será la humanidad que tengo dentro, que tiende a cometer los mismo errores que los demás.

Y nos encerramos en el mundo de la música para no oir lo gritos de fuera ¿no?