Tras un viaje de estudios a Grecia, magnífico a su manera. He vuelto sabiendo desenvolverme perfectamente en los peores barrios de Madrid. Que horrible era pasear por la tarde-noche en Atenas.
Historias, las de siempre. Pero esta vez no he sido tan tonta, solo mi mundo, bueno, nuestro mundo. Aunque no he sido tan no tonta como debería, caí otra vez. Será que me reconcomen los recuerdos, todas esas historias antiguas, ahora leyendas, que me cuento a mi misma. Aquellos relatos cortos, absurdos, pero que eran el baúl de las risas. Ahora solo me hacen entristecer. Estoy a base de dosis diarias de música que anime, que me de fuerzas.
Y ahora cambio de aires, pero no puedo evitar que mis pensamientos terminen enredados en esas memorias. Seguiré adelante, un grupo nuevo ¿no? Es triste todo lo que ocurre, es evolucionar, madurar se diría. Pero he de decir GRACIAS a esas nuevas personas que de algún modo si están en mi mundo, en nuestro mundo ahora.
Esas nuevas historias que se abren paso entre las cenizas de las ilusiones pasadas son lo que me alimenta ahora la moral. Eso y un verano de no hacer nada.
Veo distintas mentiras donde hay una sola verdad, no soy la única. Y esa no es la única verdad, pero cada uno tiene su pequeño papel al que no quiere renunciar. Veo que esto es un poco jeroglífico, ¿qué le voy a hacer si mi cuerpo me pide ser incomprendida?
Algo mucho más positivo me he traído de Grecia. Lazos mucho más fuertes, mis "nunca" se han desintegrado y se hunden. Pensamientos a los que antes renunciaba se materializan y dan forma. Sí, tonto, hablo de ti y de mí. Sonríes ¿no? Sabes a lo que me refiero aunque no entiendas como lo escribo.
