sábado, 30 de abril de 2011

I'm coming home...

¡Otra vez igual! Los buenos propósitos se pierden entre las cosas "importantes". Yo que quería escribir regularmente. Si ya lo dije en la última entrada, soy vaga.

Últimamente, estoy bastante liberada de tensiones (y eso que por nada saco los colmillos). Será porque ya no hago caso cuando les apetece que se lo haga. Será que ya me fijo solo en los que me aguantan en las buenas y en las malas.

Hoy, estoy agobiada por Marx. Me hago un lío. La parte de la política sí, pero el resto es la nada. Sin embargo, el del nombre raro (Nietzsche) bien fácil que me resulta. Le encuentro sentido a todo lo que dice. Qué bonita es la filosofía que nos hace saber que somos ignorantes.

Como se ve, nada interesante. Pero no quería dejar esto tan solo. ¡Qué también tiene sus sentimientos!

Y se sigue desvariando. La única forma de mantenerse cuerdo.

viernes, 22 de abril de 2011

Today, I don't feel like doing anything.

Hoy, debo decir que me encuentro divinamente. Salvo ese pequeño remordimiento de que debo estudiar más. Que soy vaga, lo sé. Que a la mayoría no les gusto, lo sé. Que no me importa, lo sé.

Hoy parece un día gris fuera, pero he decidido desentonar y sonreír. Que aunque me entren mis rabietas sigo riéndome. Y me disculpo cuando procede, pero no es mi culpa, es de mi padre, él puso la otra X no yo.

Y repasando ayer cosas que me gustan recordé la sensación de una taza llena de café caliente. Se juntan muchas sensaciones placenteras ¿no? El tacto agradable de la superficie cálida, ese que tanto nos gusta cuando tenemos las manos frías. El regustillo ligeramente amargo del café. Su aroma. Y si lo juntas con encontrarte sola, relajada, vagueando un poco y con la mantita.

Pero llega el verano y ahora vienen otras nuevas sensaciones. Como correr bajo la lluvia en manga corta. No se tiene frió ni calor, solo se intenta escapar de la lluvia. Y huyes, y huyes, pero nunca te escapas, porque aunque te resguardes ya tienes algunos discípulos correteando por tu piel que oscurecen pequeñas partes de tu ropa y te hacen parecer un dálmata.

¡Qué ganas de que se termine el curso! Intentaré disfrutar el verano todo lo que pueda.

Como se nota que cuando estoy feliz no escribo nada interesante (tampoco triste xD)

Y me prometes cosas que luego cumples. Que asco. ¿Así cómo me quejo?

martes, 19 de abril de 2011

Un mar de agua dulce, ¿es un mar sin alma?

Hoy, día que ha amanecido tan dulce como tantos otros, se ha entristecido de repente. Estaba yo tranquila hasta que he vuelto a pensar y el gris se ha apoderado de todo. Será que necesito dejar de vaguear, que necesito besar la libertad, acariciar el sentimiento. Será que me doy cuenta de que queda poco, que no hago ahora suficiente. Luego lamentaré, pero como siempre me ataca el "vuelva usted mañana".

Y mientras los fríos dedos del entretenimiento cibernético me agarran fuertemente. Esta pequeña máquina que abre el paso a tanta información. Estos pasatiempos virtuales que me alejan de la realidad un poco más.

La verdad hay poco de que hablar. Simplemente me pasaba a saludar y desempolvar un poco esto que tiene que ejercitarse para estar en plena forma para el verano. No sé qué me da que será en cierto modo largo.

Quiero empezar a preocuparme por esas tonterías propias nuestras y a la vez no hacerlo y disfrutar de la comodidad de las despreocupaciones. ¿Que hacer? Eso me pregunto cada día y sigo sin la respuesta. Seguramente sea una de tantas preguntas que se plantearon aquellos filósofos solitarios, tomados por locos, y que solo algunos dieron respuesta. Acertada o no es otro tema, cada uno decide.

Vamos a perdernos por un camino desdibujado, de esos que no conducen a ningún sitio concreto. Simplemente desaparezcamos junto con las figuras de criaturas magníficas en las profundidades de algún pensamiento. Somos suficientes para mantenernos cuerdos, pero debemos luchar para no conseguirlo.
Seamos espíritus libres surcando cielos de tierra, donde las redes sean del futuro y los gritos del silencio.

domingo, 17 de abril de 2011

Como arena en el desierto

Hace tanto que no escribo nada que lo echaba de menos. Será que no lo he necesitado tanto porque lo que pensaba lo decía, pero aquí estoy de nuevo.

Tras un viaje de estudios a Grecia, magnífico a su manera. He vuelto sabiendo desenvolverme perfectamente en los peores barrios de Madrid. Que horrible era pasear por la tarde-noche en Atenas.

Historias, las de siempre. Pero esta vez no he sido tan tonta, solo mi mundo, bueno, nuestro mundo. Aunque no he sido tan no tonta como debería, caí otra vez. Será que me reconcomen los recuerdos, todas esas historias antiguas, ahora leyendas, que me cuento a mi misma. Aquellos relatos cortos, absurdos, pero que eran el baúl de las risas. Ahora solo me hacen entristecer. Estoy a base de dosis diarias de música que anime, que me de fuerzas.

Y ahora cambio de aires, pero no puedo evitar que mis pensamientos terminen enredados en esas memorias. Seguiré adelante, un grupo nuevo ¿no? Es triste todo lo que ocurre, es evolucionar, madurar se diría. Pero he de decir GRACIAS a esas nuevas personas que de algún modo si están en mi mundo, en nuestro mundo ahora.

Esas nuevas historias que se abren paso entre las cenizas de las ilusiones pasadas son lo que me alimenta ahora la moral. Eso y un verano de no hacer nada.

Veo distintas mentiras donde hay una sola verdad, no soy la única. Y esa no es la única verdad, pero cada uno tiene su pequeño papel al que no quiere renunciar. Veo que esto es un poco jeroglífico, ¿qué le voy a hacer si mi cuerpo me pide ser incomprendida?

Algo mucho más positivo me he traído de Grecia. Lazos mucho más fuertes, mis "nunca" se han desintegrado y se hunden. Pensamientos a los que antes renunciaba se materializan y dan forma. Sí, tonto, hablo de ti y de mí. Sonríes ¿no? Sabes a lo que me refiero aunque no entiendas como lo escribo.

Y si la vida te da limones y a ti lo que te gustan son las naranjas, busca las segundas.