domingo, 26 de febrero de 2012

You know we're gonna find you

Me he dado cuenta de que casi la totalidad de mis entradas comienzan con un "Hoy", cuando son pensamientos enraizados en mí, inmutables. Lo único que hace especial a ese principio es que decidí escribirlos y que me rondan demasiado últimamente. Definitivamente hay veces que sé qué quiero escribir, pero no cómo empezar, ni expresarlo con la profundidad que desearía. Supongo que será que mi propia mente no quiere que siga recordando, o no quiere que se sepa quien soy, o es que no se expresarme y punto (la más probable). Sí, todo este párrafo ha surgido porque iba a empezar con "Hoy, ...". Eso de economizar espacio no parece ser mi fuerte.

Venía a escribir un poco de lo cierto que es que se debe tener cuidado con lo que se pide, porque te lo pueden dar. Algunas veces, aquello que utilizaste para no sentirte mal, para convencerte de que hacías la elección correcta, no es tan bueno que sea cierto. Esa mezcla de sentimientos. ¿Por qué no se podrá ser un poco más simple? En mi cabeza la felicidad y la tristeza siempre van de la mano. Es normal, no es que sea alguien corriente, pero no veo porqué le caigo tan bien al caos. Lo fácil que sería vivir el ahora y lo que me gusta, al parecer, torturarme con cada pedacito de pasado. Creo que debe ser una pequeña neurona que planea el mal, la misma que quiere dominar el mundo. Pero no es sólo con el pasado, también con el presente y el posible futuro. Está en todas partes, trasteando y haciéndome tropezar.

Tampoco es que quiera cambiarme, pero estaría bien darme cuenta de que así voy mal. No solo pensarlo, como ya hago, sino interiorizarlo. Eso es lo peor. Saber que es una tontería y seguir sufriendo por ello. ¿Por qué aquello que se ve tan claro nuestro "yo" no lo hace? ¿Cuándo se separaron esas dos partes? ¿No deberíamos ser un todo y tener un comportamiento un poco más predecible? Nada de pensar demasiado las cosas. Menos problemas irresolubles y un poco más de sonrisas sinceras. Es ir contra natura y plantearnos lo simple, lo fácil. Pero adoramos los retos. Somos realmente tontos. Somos humanos.

El miedo nos hace enemigos, pero seguimos siendo desconocidos.

Lo peor de esta entrada es que es corta, con poco significado y he debido tardar una semana en saber qué quería mi cabeza escribir. Se me está pegando la lentitud del mundo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Si al menos fuera suficiente

Hoy, después de demasiado tiempo, de dos aprobados y dos suspensos confirmados, vuelvo a delirar. Ahora parece que solo puedo empezar las entradas disculpándome por no escribir más a menudo o diciendo que lo intentaré un poco más. Por más que quiera que eso sea verdad me temo que ya me he dado cuenta de que no. Pobres aquellos que se aburren y me leen.

Siento la necesidad de hablar del miedo a que cambien las cosas. Como dicen: "Si está bien, no lo toques", pero todos esos beneficios que se esconden en los cambios se quedarían existiendo sin hacerlo. ¿Cómo podríamos saber cuando es a bien y cuando a mal? ¿Por qué tenemos que pensar tanto la mayoría de nuestros movimientos? Y lo más importante, ¿por qué cuando tenemos la oportunidad seguimos pensando y no lo hacemos realidad?

Está ese miedo a que no haya nada bueno, a que todo sean imaginaciones nuestras. Está la tontería. Todo sería mucho más fácil si no pensásemos en los otros, si no nos afectase cómo nos ven ni cómo creemos que lo hacen. Que hay cambios cuyo efecto negativo dura muy poco, pero aún así, no se hace nada cuando se debería.

Ahí está, esa inutilidad que se apodera de ti y de la que no sabes escapar. ¿Por qué no habré hecho nada? ¿Qué habría pasado si...? Nunca felices, siempre recordando e inventando todos los posibles finales. Aún sabiendo que el escenario más probable puede ser favorable no nos movemos, porque el negativo está ahí. Las posibilidades de que acabe mal, aunque sean nimias, nos observan. Temerosos por perder, ansiosos por ganar.

Sigo pensando que necesitamos una herramienta que no nos permita pensar demasiado, que nos haga intentarlo. Estaría bien tener algo que me dijera lo tonta que soy. Que me dijera "Hazlo". Que se llevase todas las dudas.

Solo pido que algo nos arañe un poco las neuronas y saque lo mejor que tenemos.
Dijo la que se esconde.