Cuando encuentras a esa persona lo peor es saber de la existencia de un final inevitable. Lo tienes de tu mano, pero sabes que debería estar de la mano de otra, de su esa persona. Hay tantas cosas que querrías poder darle y ahí estás, atada a lo que eres, sin remedio. No podrías decirle que no y a la vez estás deseando que encuentre la felicidad, esa felicidad que sólo podría encontrar si se aparta de ti.
Tú no puedes irte, sigue siendo esa persona. Será un pensamiento de niña pequeña, pero ¿quién no echa de menos los cuentos de hadas? La magia... Harías lo que fuera y tienes esos pensamientos que aparecen cuando es especial. Qué duro es saber que no es recíproco. No poder evitar abrazarse a esos esporádicos rayos de luz, emborracharse momentáneamente de felicidad y dejarse caer en sueños de un futuro, hasta que se cae de nuevo en la realidad, esa realidad que no comprendemos.
Encontré una respuesta que me quita el sueño y ahora echo de menos la ignorancia.