lunes, 29 de octubre de 2012

I hope you see me there

Empiezas, inocente de ti, buscando una pequeña pelea. Bajas el tono de voz. Intentas ser todo lo dulce que puedas parecer sin llamar demasiado la atención. Los ojos bien abiertos. Te escondes, mostrando debilidad. Escuchas las quejas que se apagan poco a poco y el corazón intentando hablar. Te apretas más fuerte. No hay resistencia. Sigues. Una mano te aparta el pelo de la cara una y otra vez, porque no te vas a soltar. Te apretas más fuerte. Cara de inocente. Una mano juega a esconder tus labios. Te apretas más fuerte. En ese punto ya sabes que el juego desapareció. Escuchas los últimos lamentos. Te apretas más fuerte. Nariz con nariz y juegos para que se encuentren de una vez, pero no. Todo se alarga. De pronto, ese centímetro que era tan lejos y tan cerca, desaparece. Dulce suavidad y una nueva historia.

Saltar. Reír. Correr. Esconderse. Abrazar.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Locked out of heaven

Si no estoy bien, no voy a decir estarlo.
Si no estoy mal, tampoco.
Si la única palabra que llega es aquí, tómala.
Si te digo que no, déjame ir.
Si no estás conforme, probablemente yo tampoco.
Si desearías que las cosas no fueran así, yo también.
Si preguntas escondiéndote, no pretendas que me muestre.
Si hablo, contéstame.
Si corro a tu lado, no huyas.
Si tengo miedo, ayúdame a olvidarlo.
Si juego demasiado, fréname.
Si sonríes, sigue sonriendo.
Si lloras, deja que intente ponerle fin.


Tal vez sí necesite algo más, pero no tengo mi objetivo fijado. Ya dejé pasar las oportunidades. Tampoco hay que ser tremendista y dar todo por perdido. Hay tiempo, pero siempre se quiere todo ya.

Hay que ver lo especialitos que nos volvemos, que somos. Lo fácil que sería decir "Ummm... Tú" y todo solucionado, pero no. Corre, salta, hasta asfixiarte y ya, si eso, intenta hacer algo, porque las probabilidades de que salga bien dependen de demasiadas variables, que además no tienen base alguna, y que simplemente pueden ser un o un no. Aún así está divertida la carrera. Hasta se echa de menos. El secreto es no pensar ni demasiado, ni demasiado poco y evitar las montañas rusas emocionales, obviamente. Con lo entretenidos que se vuelven esos días en los que quieres mandarlo todo bien lejos pero que te pones la música alta y saltas por tu cuarto, desafinando para ver si algún gato se te une. Está claro que mientras los sufres todo es un asco, pero no puedo evitar pensar lo tontos que nos volvemos, lo lentos que somos para ciertas cosas que son simples y las pocas veces que nos damos cuenta.

¿Cuál es el límite en la autotortura? ¿Hasta dónde somos capaces de ponernos en evidencia? ¿Qué es mejor, que nos lo digan a la cara o descubrirlo por nosotros mismos? Sería realmente extraño, estar ahí, quieta, y que alguien me viniese y me dijera que lo que estoy haciendo sólo empeora las cosas. Supongo que para mí sería peor darme cuenta después, porque al menos de la otra forma sabes que se han dado cuenta y que se preocupan por ti (al menos en decirtelo).

¡Aaaaah! Necesito cambiar de aires, un poco de desconocidos con los que preocuparme por mi comportamiento y demás. Con toda la gente que he conocido y todavía tengo ganas de pasar por "el mal trago".

domingo, 14 de octubre de 2012

Crashing cars in her brain

Nunca estar bien se me da de vicio. Incluso esos días que piensas que son redondos, pues no. Sigo con mis sonrisas permanentes pero la mente en cuantas cosas he hecho mal. Miles de escenarios posibles si sólo hubiera hecho una cosa distinta, a eso hay que añadirle todas esas "cosas distintas" que podría haber hecho. BOOM! Fragmentos de lo que fue, es y podría ser, flotando en mi mente . Y oye, que para algunas cosas no está mal, tal vez para dos, pero no merece la pena.

El gusto que daría poder tirarme a la cama y que todo se desconectase unos momentos, pero siempre hay algo, como una pequeña ratita que corre en la rueda, una y otra vez.


Su piel palideció, sus ojos se tornaron niebla y su corazón piedra.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Dare to love you, dare to love me

Ese día en el que parece que las piezas no encajan, que falta algo y no sabes qué. Ves el tiempo pasar. Como unos sí y otros no. Recordar y olvidar a la vez. Decirte que ya pasó, aún sabiendo que no es así. Miras hacia delante, ves las posibilidades y sientes que ninguna te llenará.

El nudo en el pecho se hace cada vez mayor. Utilizas la música como mecanismo de contención. No se puede dejar que el silencio de rienda suelta a tu cabeza.

Respiras lentamente. No quieres que el ritmo se vuelva a acelerar. No quieres volver a retorcerte y no entender nada.

Estás a oscuras, envuelta en plumas y algodón, pasando canciones hasta encontrar la indicada. Sigues mirando el techo. La luz de la luna te descubre todos los rincones de la habitación. Algún pensamiento se escapa.

La muralla no es 100% efectiva, ¿qué haces?