Llevas esperando ese momento desde que supiste de su existencia. Sonríes porque está cerca, muy, muy cerca. Esos mini infartos buscando la entrada. Revisando todo demasiadas veces.
Allí estás, memorizando cada uno de los detalles. Intentas avanzar. Tu cuerpo te pide movimiento, marcado por la fuerza de los altavoces. No sientes nada, sólo sigues la marea. Cierras los ojos, levantas la cabeza y aullas las letras. Explosiones de felicidad por tu pecho.
Te giras y ahí están, con tu sonrisa, tus palabras, tu cariño. Por un momento ven y sienten lo mismo que tú. Te da más fuerzas y sigues. Saltando para tocar el cielo. Gritando para silenciar a los altavoces.
Todo para. Notas el calor, el cansancio y la sed. Tu voz casi no responde y te alejas poco a poco, volviendo a casa.
Sonríes.
