domingo, 21 de agosto de 2011

Hola entropía, ¿quieres ser mi amiga?

Hoy, a dos semanas de que mi querido verano llegue a su fin, me he decidido a actualizar. Todo lo que podía ir bien lo fue, aunque que sorpresa encontrarme con ese horario que nadie quiere. Ahora mismo es ese momento del verano en el que los que suspendieron estudian, otros siguen de vacaciones y unos pocos sufrimos esperando. ¡Qué ya se termina agosto! Pronto empezarán los días un poco menos cálidos y un poco más soportables, igual que lo harán las clases.

Por primera vez nos enfrentamos a una verdadera ruptura del grupo. Cada uno sigue el camino que cree mejor. Unos lo conseguimos y otros probarán. Que no hay peor día que el de la entrega de notas. Los nervios se apoderan de uno y hasta que no se ve la puntuación no hay descanso, salvo si el resultado es malo, entonces seguiremos preguntándonos qué deberíamos haber hecho y por qué no lo hicimos. A su vez, podemos encontrarnos felices. Que sí, que lo conseguimos. Y entonces empieza el papeleo y más nervios de si entraremos o no. Pero eso es más de lo mismo.

Es curioso como lo bueno y lo malo se pueden mezclar tan fácilmente. Que aunque neguemos que se puede ser feliz estando triste o furioso nos equivocamos. Si nos quedamos muy quietos y en silencio, atentos a lo que nos rodea se puede ver. Que has llegado a una de tus metas y has perdido equipaje por el camino. Una pena no poder recuperarlo en el momento, pero sigues habiendo conseguido lo que querías. Todo cambia, tiende a hacerse cada vez más complicado, está dentro de la naturaleza del universo y aunque no sea a bien es lo que toca. Luchamos contra esas fuerzas invisibles de lo inevitable y no siempre se gana, pero por perder tampoco hay que derrumbarse. Que somos de la "prestigiosa" humanidad, lo mejor de lo mejor, deberíamos ser capaces de aceptar lo que llega y se va ¿no?

Todo el verano y no se me ocurre nada interesante que escribir, una pena para el que se entretenga a leerlo. Yo ya me compadezco simplemente de haberlo tenido que pensar. Me he propuesto mirar al futuro con una sonrisa, no sé cual será el resultado, pero tengo curiosidad. La universidad. Y hace un par de días estaba empezando el instituto, qué caótico se vuelve todo. ¡Qué ilusión! ¡Qué pena! ¡Voy a empezar de nuevo!

Habría que estar orgulloso de uno mismo.
Simplemente por aparentar haber encontrado la felicidad deberíamos mandar todo a la mierda.
Cuando no nos guste,
ni a él nosotros.